El próximo 22 de octubre se celebra el Día Mundial de la Tartamudez. Un día especialmente importante del que queremos hacernos eco en DIVERSIS para concienciar a la sociedad, poniendo sobre la mesa este problema que causa problemas de integración social a más de 72 millones de personas en todo el mundo debido a los estigmas que todavía conlleva y que implica problemas de burla, de marginación y de ansiedad, pero que también supone grandes historias de superación personal

En el Día Mundial de la Tartamudez, algunos datos sobre esta dificultad comunicativa

Lo primero que tenemos que tener claro es que la tartamudez no es una enfermedad, es una dificultad comunicativa. Es un hecho involuntario y cíclico, que puede aparecer y desaparecer en el tiempo. Además, la tartamudez no es un síntoma de menor inteligencia, tal y como creen muchas personas. Precisamente, este es uno de los mitos que tenemos que derribar: las personas tartamudas son tan inteligentes como las personas que no se traban al hablar.

Realmente, todavía no se saben cuáles son las causas que provocan la tartamudez. Recientes estudios sobre la materia señalan que hay una mezcla de factores biológicos-psicológicos y sociales. Tampoco hay un patrón de tartamudez, ya que cada persona tartamudea de una forma diferente, con situaciones que se quedan en la prolongación de algunas sílabas, al tartamudeo profundo o incluso el bloqueo al hablar en determinadas ocasiones.

En España, un 2% de los adultos y un 5% de los niños tartamudean. Estas cifras representan unas 800.000 personas tartamudas en nuestro país. La tartamudez comienza en la infancia, y suele aparecer entre los 2 y los 5 años. Además, según datos de la Fundación Española de la Tartamudez, hay 4 hombres tartamudos por cada mujer tartamuda.

Problemas para la integración social de las personas tartamudas

Día Mundial de la Tartamudez: lo celebraremos el próximo 22 de octubre

Tradicionalmente, las personas tartamudas han sufrido de cierta estigmatización social, siendo objeto de burlas, de incompresión y de aislamiento social. De hecho, las personas tartamudas que suelen acudir en busca de ayuda profesional esconden historias de vergüenza y angustia provocadas por este trastorno comunicativo que les impide comunicarse con fluidez con las personas de su entorno.

Estos problemas surgen en ocasiones en el centro escolar, con casos de bullying por parte de otros niños por su forma de hablar, con el consiguiente miedo a la burla en clase y a la marginación, evitando de esta manera cualquier situación que pueda hacerles quedar en ridículo antes sus compañeros, como por ejemplo salir a leer una redacción ante el resto de la clase.  En este sentido, la detección temprana o precoz de la tartamudez es básica para el futuro del niño para llevarlo a una consulta preventiva con un terapeuta del lenguaje especializado, tal y como están pidiendo las expertos en la materia durante la celebración del Día Mundial de la Tartamudez .

La superación, clave para combatir la tartamudez

Como todo en esta vida, la superación es fundamental para combatir la tartamudez. Frente al aislamiento social que puede conllevar la tartamudez, el deseo de superarse y enfrentarse al miedo al hablar es vital en este problema de comunicación. El lema de la Fundación Española de la Tartamudez, ‘Si quieres, puedes’, es el mejor exponente de esta actitud. Una actitud que compartimos completamente desde DIVERSIS en este Día Mundial de la Tartamudez.

Consejos para hablar con una persona tartamuda

En muchas ocasiones, el desconocimiento puede llevarnos a actuar mal frente a una persona tartamuda. La regla principal, sin duda, es el respeto: trata a las personas tartamudas tal y como lo harías con otra persona. Mírales a los ojos cuando hablen, evita comentarios como ‘habla más despacio’ o ‘no te pongas nervioso’. Ese tipo de comentarios lo único que consiguen es acentuar los nervios y la presión. Tampoco termines las frases de la persona que te está hablando, simplemente, déjale expresarse de una forma natural.

Más información: Fundación Española de las personas tartamudas

Compartir